No nos engañemos, al Estado le importa una mierda la salud de los fumadores y la salud de los no fumadores. Al Estado le importa una mierda la salud de sus ciudadanos. Al Estado sólo le importa la producción y que esa producción le salga barata, para mayor beneficio de las empresas privadas a las que está regalando todas la infraestructuras que antes nos pertenecían.
El Estado pone multas ridículas -cuando las pone- por contaminar ríos, lagos, aire y océanos,tan ridículas que a los empresarios les sale mucho más barato el pagarlas cien veces que el dejar de contaminar, el Estado es cómplice en la destrucción de nuestras costas con construcciones ilegales que sólo se derriban si son pequeñas casas de pescadores, pero no cuando son grandes hoteles o lujosos chalets.
A través de la cadena alimentaria "comemos" mercurio, plomo y otros metales pesados procedentes de los peces que, a su vez, los han ingerido en un mar que, aceleradamente, se está conviritiendo en un basurero. De la fábricas y el tráfico rodado aspiramos CO2 y otros venenos gaseosos que tenemos que sumar a los pesticidas de los vegetales, a los alimentos compuestos por transgénicos y a las mierdas que añaden a los piensos animales.
Cada año estamos a punto de ser víctimas de vacas locas, gripes de pollos, de cerdos, y ahora, de huevos que aún no sé qué coño les pasa.
Pero, parece que por eso no hay que preocuparse.
¿Sabéis por qué? Porque todo eso produce dinero, sí, mucho dinero, puto dinero.
Antes también lo producía el tabaco y no podía prohibirse, pero ahora, toda esa ponzoña produce más dinero que el tabaco y éste se ha convertido en un peligro público.
La realidad es muy simple: Hay que trabajar más tiempo -según las leyes que nos han impuesto- con el menor gasto sanitario posible. Estos estados fascistas han pensado: "ya los envenenamos nosotros bastante como para permitir que se envenenen ellos lúdicamente. A ver si no van a llegar a los 67"
Ese es el único motivo de la prohibición, el frío factor económico, al que hay que añadir, naturalmente, el desahogo que supone para los poderes el conseguir que la pobación se enfrente por gilipolleces en lugar de unirse por cosas más serias "Mientras discuten por el tabaco -piensan los muy cerdos- no se preocupan por el paro, la explotación y la carestía".
Cuando esos tipejos que lo prohiben todo salgan a cenar a sus restaurantes de lujo ¿creéis, compañeros, que alguien les va a prohibir que, en la sobremesa, enciendan sus habanos Cohiba?
P.D.: Los sectores marginales e improductivos pueden seguir fumando en sus respectivas instalaciones, supongo que para ver si se mueren antes: Residencias de tercera edad (los viejos) Psiquiátricos (los locos) y cárceles (los presos)